LA MÁGICA
Hace 35 años que empezamos nuestra andadura y durante todos estos años hemos conseguido hacer realidad los sueños de muchos clientes gracias a los muchos premios que hemos repartido.
Hace 4 años que La Mágica llegó desde el Himalaya para quedarse con nosotros y transformar los botones que le ofrecen nuestros clientes en sueños cumplidos.
Hacemos de nuestros clientes nuestros amigos sin perder la profesionalidad que nos ha caracterizado todos estos años.
Contamos con un equipo joven, dinámico y profesional que te atenderá gustosamente en todo momento y resolverá cualquier duda que tengas.
Trabajamos cada día para que nuestros clientes se sientan satisfechos, dándoles un trato exquisito e intentado que se sientan como en casa.
Sobre nosotros
"Si le das de comer un botón, ella te dará suerte"
Así empieza la historia de la muñeca mágica, en una aldea a los pies del Himalaya donde existió una costurera que durante muchos años cosió un vestido sin saber para quién era.
- ¿Para quén es ese vestido que coses mujer? - le preguntaban
- No lo sé - respondia ella
- ¿Y por qué lo coses entonces?
- Porque lo soñé - decía.
Y seguía cosiendo, todos los días desde que salía el sol hasta que se ponía, aquel vestido sin dueño.
Hasta que un día llegó a la aldea el Dios de los designios.
El enemigo le había tendido una emboscada y él había tenido que huir cruzando el bosque. En la huida había rasgado su vestimenta y necesitaba otra que le permitiera ocultarse en los bosques.
Por eso preguntó si había algún sastre en la aldea y le llevaron ante la costurera.
- Os estaba esperando - dijo ella, y le ofreció el vestido - Con él podréis engañar a vuestro enemigo y ocultaros en el bosque.
- Gracias - dijo el Dios de los designios - ¿Cuánto debo pagarte?
- Nada contestó la costurera - He perseguido un sueño durante años y hoy, por fin, se ha cumplido.
- Te equivocas buena señora, pues tu sueño empieza aquí.
Y en agradecimiento le regaló suerte y fortuna, convirtiendo los miles de botones que inundaban su casa en monedas de oro.
Desde entonces, las gentes que viven a los pies del Himalaya creen en la figura de la costurera como símbolo de buena suerte, representada por una muñeca ovalada, ataviada con ricas vestimentas de vivos colores y que en su sonrisa posee una pequeña abertura por donde la gente va metiendo los botones que le sobran, esperando que, algún día, a ellos también les llegue la suerte y se cumplan sus sueños